Hazte leer
- k-valencia
- Aug 26, 2019
- 5 min read
Agitada, así describiría mi semana. El fin de semana no hice tareas ni lecturas ni nada, a pesar de que el lunes fue festivo. Mala decisión, el martes tenía lecturas, en la tarde debía tener lista una propuesta de estrategia digital con mi grupo para el día siguiente. Trasnoché como hace mucho no lo hacía. Llegó el miércoles y como siempre, empiezo mi día con Información y documentación. Entré tarde como es costumbre mía (aunque bastante mala) y me senté en un computador que otra vez no servía. Cambié de puesto y abrí mi OneNote pues he decidido que mis apuntes los tomaré de forma digital pues si me encuentro en un salón con computadores ¿por qué no aprovecharlos?
Cuando entré ya estábamos leyendo blogs, era el penúltimo de esa clase. Procedimos a la exposición número dos; manual APA, capítulo 3. En este capítulo se hace énfasis en los textos científicos y su buena realización, aunque creo yo que estas normas valen para todo tipo de texto.
Empezamos a hablar sobre la extensión del texto, esta debe ser la estrictamente necesaria, ni más ni menos, sólo lo relevante para el propósito. La primera recomendación para esto es hablar en voz activa. Después pasamos a la sección de encabezados, me enteré de que hay cinco tipos, nunca me había puesto a pensar en qué tipo de encabezado debía poner en mis escritos, creo que siempre los ponía de igual manera. Pasamos luego a la seriación, detalle importante dentro de este tema: si se seria con letras es necesario encerrarlas en dos paréntesis, y sólo se utilizan viñetas si no hay un orden jerárquico.
Gramática… oh gramática. Cuando empecé a estudiar inglés, mis profesores me hacían énfasis en las formas gramaticales y casi siempre me intentaban hacer un paralelo con el español, ahí me di cuenta de que no sabía de gramática ni en mi lengua materna, y prácticamente lo que ahora sé, es gracias al inglés, irónico ¿no? Dentro del capítulo tres se hace la recomendación de hablar en voz activa, esto es; haciendo énfasis en el sujeto que realiza la acción, no en la acción ni el objeto en que recae la acción. Esto del objeto en el que recae la acción lo aprendí estudiando alemán… siendo sincera creo que no le damos tanta importancia a la lengua natal en cuanto a las formas estrictas o formales que maneja un idioma, pero cuando se trata de hablar en otro idioma, la forma más recurrente de nuestros métodos es mediante las estructuras gramaticales, entonces ¿no sería importante tenerlas claras desde la lengua natal? Quizás me desvíe un poco hablando de esto, pero considero que tanto la manera en que enseñamos idiomas como la estructura de educación básica en general deben tener ciertos cambios, pues el estilo que mantenemos se está quedando corto para las nuevas ramas que han venido surgiendo y personalmente considero que debemos preparar a las personas de manera integral, no sólo prepararlas para adquirir un conocimiento y desempeñar un trabajo sino educarlos para lidiar con emociones, situaciones cotidianas pues no nacemos sólo para trabajar y ganar dinero sino para aportar a la vida de otros, y esto se consigue de maneras que van más allá. Pero bueno, esta discusión no tiene sitio en este blog, no por ahora.
Me gustaría profundizar en las recomendaciones pues las encuentro bastante útiles. Otro gran consejo del manual APA es reducir a toda costa la discriminación, esto es difícil pues en nuestro día a día algunos términos ya están normalizados que para unos no representan ningún tipo de discriminación y esto hace aún más complicado el sacar ese tipo de prejuicios, pero esto no quiere decir que no vale la pena intentarlo constantemente. Las recomendaciones que logré anotar fueron:
• Para reducir la discriminación por género: no escribir personas, individuos, profesionales. En caso de trabajar con gente, se tiene que preguntar ellos cómo se identifican y cómo le gusta que lo llamen
• Para reducir la discriminación por orientación sexual: evitar términos como lesbianas, gais bisexuales.
• Para reducir la discriminación por identidad étnica y racial: evitar mencionar la nacionalidad, tipo de piel, proveniencia étnica.
• Para reducir la discriminación por discapacidades: no utilizar los términos minusválidos e incapacitados
Cabe aclarar que estos términos o clasificaciones se pueden utilizas sólo si son relevantes para la investigación o escrito.
La siguiente y la que más me gusta es pedir a un tercero que revise tu texto. Me encanta eso, desde que empecé a hacer escritos, es decir séptimo grado, siempre he intentado enviarle o leerles mis textos a mis amigas más cercanas, pues gracias a un profesor muy estimado para mí, entendí desde el principio que uno escribe para el resto no sólo para uno, y para saber si estás logrando tu cometido es necesario que alguien te lea y así rectifiques si lo que quieres decir es lo que estás diciendo. Es bastante paradójico si traigo eso a la clase, digo que me gusta que me lean, pero cuando Cobos pide voluntarios, nunca me postulo. Esto, creo yo, se debe a que no me siento del todo cómoda con que 20 personas o más al tiempo me lean mientras estoy presente, es algo que como comunicadora tengo que trabajar pues no puedo esperar que las únicas que sigan leyendo mis historias sean las personas cercanas y esto lo aprendí casi que a las malas.
Hace dos semanas tenía que entregar una historia para narrativas, en esta historia se suponía teníamos que aplicar todos los conocimientos adquiridos sobre la estructura aristotélica, era un trabajo creativo y con algo de técnica, pero sobre todo creativo. Me encontraba en blanco, no se me ocurría una buena idea, eso es malo, es difícil en verdad, que uno mismo no se considere creativo o capaz de hacer algo que interese es un gran obstáculo para todo, he ahí el dicho de que uno es su peor enemigo. Dejé pasar el plazo, y la noche anterior a la entrega hice una historia a las patada, no me gustaba para nada, sentía que estaba horrible y efectivamente estaba terrible.
Entré a clase y mi profesor me dijo que revisáramos mi texto, frente a toda la clase, yo me puse roja y le hice saber que no quería pero de igual manera se lo entregue, él hizo un último comentario y yo volví a reiré nerviosamente y decirle que no quería que lo leyera. Yo creo que el vio el pánico en mis ojos o algo así pues decidió devolvérmela, entonces cambió el ejercicio. Pidió a toda la clase que intercambiara historias con alguien a quien no conociera pues si se lo dábamos a un amigo podía pasar que el cariño afectara los comentarios y críticas a esta, quería que todos tuviéramos una opinión de un posible espectador de nuestra historia y así tener un punto de partida para hacer lo cambios necesarios. Esa misma tarde se la hice leer a una amiga y tanto ella como el chico de la clase coincidieron en que a la historia le faltaba un conflicto contundente.
Gracias a esos comentarios confirmé que mi historia estaba aburrida, no lo tomen a mal, era algo bueno, esto me impulsó a buscar una historia de interés, tanto para mi como algo que pudiera ser común. Hablando de esto con otra amiga surgió una “ley” si queremos llamarla así increíble; “si tú escribes estando aburrido, yo me voy a aburrir leyéndote”. Cuando esas palabras salieron de la boca de mi amiga quedé anonadada, es algo tan cierto y útil en la vida, y no solo de un comunicador, sino en todo tipo de profesión.
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